Lesiones Más Comunes
Como kinesiólogos, día a día nos encontramos con diversas lesiones que afectan la calidad de vida de nuestros pacientes. En este artículo, exploraremos las lesiones más frecuentes, sus causas, síntomas y cómo abordarlas desde la kinesiología.
1. Esguince de Tobillo
El esguince de tobillo es una de las lesiones más frecuentes, especialmente en deportistas y personas activas. Esta lesión ocurre cuando los ligamentos que estabilizan la articulación se estiran más allá de su capacidad normal.
Síntomas principales:
- Dolor agudo al momento de la lesión
- Inflamación inmediata
- Dificultad para apoyar el pie
- Posible hematoma
Abordaje kinesiológico:
- Fase aguda: RICE (Reposo, Hielo, Compresión, Elevación)
- Fase subaguda: Ejercicios propioceptivos y de fortalecimiento
- Fase de rehabilitación: Trabajo de estabilidad y retorno gradual a la actividad
2. Lumbalgia
El dolor lumbar afecta a un gran porcentaje de la población en algún momento de su vida. Su origen puede ser multifactorial, desde posturas inadecuadas hasta problemas estructurales.
Tratamiento kinesiológico:
- Terapia manual para alivio del dolor
- Ejercicios de estabilización central
- Educación postural
- Técnicas de movilización vertebral según el caso
3. Tendinitis del Manguito Rotador
Esta lesión del hombro es particularmente común en deportistas y trabajadores que realizan movimientos repetitivos por encima de la cabeza.
Manifestaciones clínicas:
- Dolor al elevar el brazo
- Debilidad muscular
- Limitación del rango de movimiento
- Dolor nocturno
4. Síndrome Patelofemoral
Afecta principalmente a corredores y personas que realizan actividades de alto impacto, caracterizándose por dolor en la parte anterior de la rodilla.
Factores contribuyentes:
- Debilidad de músculos estabilizadores de cadera
- Alteraciones biomecánicas
- Sobreuso
- Mala alineación patelar
Prevención: La Mejor Estrategia
La prevención es fundamental en el manejo de estas lesiones comunes. Recomendamos:
- Realizar calentamiento adecuado antes de la actividad física
- Mantener una buena higiene postural
- Fortalecer la musculatura de manera equilibrada
- No ignorar las señales de dolor o molestia
- Consultar al profesional ante los primeros síntomas